Tras muchos siglos la plaza del Vaticano veía entrar de nuevo el Beucens y aunque parezca raro, después del temblor, tengo que decir que los muros aguantaron bastante bien...
Escoltados por más de 20 Carabinieri la Milicia de Cristo cruzó la plaza del Vaticano de punta a punta hasta llegar a la Puerta de Bronce donde el Procurador General, Ministro para la tierra Internacional, entregó al secretario su misiva.
Estos pobres Templarios no reclaman nada para ellos mismos, no es un acto folclórico ni de ostentación, sino un presente para los hermanos que han caído luchando por la rehabilitación de la Orden del Temple, después de su injusta suspensión en 1314.
Durante la entrega de la carta los miembros de la Orden Soberana del Temple de Cristo, formaron filas bajo el amparo del Beaucens y ante el asombro de los asistentes, que hacían cola para entrar al museo Vaticano, estaban preparados para cualquier contingencia hasta la salida del Procurador General.
Esperan acudir todos años a la plaza del Vaticano para seguir reclamando la rehabilitación de la Orden del Temple y que reconozcan el tremendo error que se cometió en el pasado. No reclaman algo imposible... es sabido que la Iglesia Romana ha pedido perdón por los crímenes que cometió la Santa Inquisición e incluso a los propios Judíos por el Holocausto y a muchos otros.
El acto transcurrió aproximadamente durante 3 horas en las cuales se felicitó a los Carabinieri por el trato exquisito que recibieron, sobre todo por el comisario destinado ese día quién facilitó que todo transcurriese con la máxima normalidad.
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